Es muy importante la correcta expulsión de los gases del horno, por lo que la chimenea se debe calentar primero. El primer fuego debe hacerse justo debajo de la chimenea, con un montoncito de ramas y maderas pequeñas, tratando de utilizar pastillas y no papel de diario que contiene tintas toxicas.
Una vez encendido el fuego agregar mas madera y mover el fuego hacia el lugar donde se va a hornear. No ahogar el fuego, dejar suficiente espacio entre las maderas para que tenga el oxígeno suficiente. Media hora despues mover el fuego hacia el fondo y seguir alimentandolo media hora mas. El tiraje debería funcionar correctamente si la chimenea se calentó bien, y ya podemos cerrarle la puerta dejandole una pequeña luz. Ya debería estar listo para cocinar a la hora de encendido.
La leña nunca debe estar humeda, y hay que agregarla de a poco, siempre iniciando en la boca del horno para luego llevarla a las paredes. Un horno bien construído, no debería pasar de 40 grados en su pared exterior.